La gobernanza es un elemento clave en la gestión empresarial, estableciendo las directrices y estructuras que garantizan el cumplimiento de los objetivos y la protección de los recursos. En el ámbito del control interno, la gobernanza juega un papel crucial al proporcionar el marco estratégico que orienta las políticas y procedimientos para minimizar riesgos y promover la transparencia. La implementación de una sólida gobernanza implica la definición clara de responsabilidades, la participación de las partes interesadas y la comunicación efectiva de los valores y principios corporativos.
Sistemas internos o externos?
Para respaldar la gobernanza eficiente y fortalecer el control interno, es esencial contar con herramientas especializadas. Los sistemas de gestión y la auditoría interna son ejemplos de herramientas que facilitan la supervisión continua y la evaluación de los procesos internos. Estas permiten la identificación temprana de posibles vulnerabilidades, la trazabilidad de las transacciones y la generación de informes para la toma de decisiones.
Además, las herramientas de tecnología de la información desempeñan un papel crucial al automatizar procesos, reducir errores y mejorar la eficiencia operativa.
Y qué ocurre cuando los sistemas internos son vulnerados o modificados de manera fraudulenta para burlar el sistema y saltar los elementos de gobernanza? Abundan ejemplos lamentablemente de esto, como en el caso de la empresa de Factoring PRIMUS de Chile en que la adulteración de sistemas informáticos habría permitido la aprobación de operaciones que burlaron los mecanismos internos de control, perjudicando en millones de dólares a la organización.
La combinación efectiva de una sólida gobernanza y herramientas especializadas confiables (ojo con las herramientas de desarrollo interno que pueden prestarse para situaciones no controlables), no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también fortalece la capacidad de adaptación de la organización frente a los desafíos cambiantes del entorno empresarial. La implementación consciente de estas prácticas no solo protege los activos y la reputación de la empresa, sino que también contribuye al desarrollo sostenible y al crecimiento a largo plazo. En última instancia, la gobernanza y las herramientas se convierten en aliados estratégicos para el éxito empresarial, proporcionando un marco sólido para el control interno y la toma de decisiones efectiva.